Lo han advertido todos los expertos y lo repiten siempre que pueden. Las medidas adoptadas por Uruguay respecto a la flexibilización para la residencial fiscal son un llamador pero lejos están de ser lo único necesario para lograr la mudanza efectiva y tributar de este lado del río.
Las cifras que a principio de año difundió la titular de la administración tributaria argentina, Mercedes Marcó Del Pont, son clarificadoras al respecto. En 2019 fueron apenas 17 argentinos que realizaron el cambio de domicilio de ese país a Uruguay o Paraguay. Y fue un número significativo, el promedio de los años anteriores era dos o tres.
Es que si bien Uruguay facilitó el trámite para obtener la residencia fiscal, no alcanza con cumplir esos requisitos para darse de baja en Argentina. Se puede tener la inversión necesaria, haber pasado la cantidad de días en Uruguay que exige la normativa y aun así no perder la residencia fiscal en el país vecino.
Un trámite que sí sirve para comenzar el proceso para dejar de ser contribuyente en Argentina es tener la residencia migratoria en otro país. Es decir, obtener la residencia legal en Uruguay. Para ello es necesario (para los argentinos y los países de América del Sur) una partida de nacimiento y un certificado de buena conducta, ambos apostillados, y un carné de vacunas (o algún otro documento) que certifique tener la antitetánica al día. [fuente]